Siempre he creído que la creatividad no es solo un don, sino una disciplina que se nutre de la curiosidad, la exploración y el pensamiento crítico. 

Mi vida ha estado marcada por una búsqueda constante: entender, innovar y desafiar los límites del conocimiento.

Cuando no estoy diseñando estrategias o explorando nuevas ideas, me encontrarás con audífonos puestos, sumergido en los acordes de Sonny Rollins, Lucky Dube o Rush, porque la música es mi combustible. 

Me apasiona el jazz y el reggae, sonidos que, como la estrategia, requieren improvisación y estructura en perfecta armonía. 

Toco saxofón y guitarra, aunque mi proyecto musical sigue siendo una deuda conmigo mismo.

La filosofía y la literatura son mis refugios intelectuales. 

Mis estanterías están pobladas por Yuval Noah Harari, Michel Foucault y Borges, con quienes viajo a través del tiempo, las ideas y la estética como concepto filosófico. 

Me fascina cómo el arte, la historia y el pensamiento pueden conectar puntos aparentemente distantes para revelar patrones profundos.

Soy un viajero del conocimiento y del mundo. Prefiero las montañas al mar, los trenes a los cruceros, y las calles de ciudades históricas antes que los resorts sin historia. 

Cada viaje es una oportunidad para absorber nuevas perspectivas, entender culturas y nutrir mi visión estratégica.

En mi trayectoria profesional, he desarrollado una combinación de estrategia, creatividad e innovación, ayudando a empresas, profesionales y proyectos a transformar ideas en acciones. 

Mi capacidad para conectar disciplinas, integrar conceptos y estructurar soluciones me ha llevado a desarrollar proyectos en marketing, branding, analítica y gestión del conocimiento.

Creo en la ejecución tanto como en la idea. 

La estrategia sin acción es solo un sueño; la creatividad sin estructura es solo caos.